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lunes, 19 de mayo de 2008

Mi ángel no tiene alas... pero jamás me deja caer
Mi ángel no viste de blanco... pero pura es su alma
Mi ángel no lleva aureola... pero el brillo de su luz, me lo da su mirada
Mi ángel vino del cielo... pero vive en la Tierra.
Mi ángel me acompaña siempre... lo llevo en mi corazón;
Mi ángel... si te digo cuanto te quiero, miento.
Mi ángel es quien esta leyendo este pensamiento...
tú.


Lo normal es que nos guste tener amigos: el ser humano es social por naturaleza, crece y madura con el trato con otras personas. Y así como la familia nos proporciona fundamentalmente compañía, afecto cotidiano, apoyo incondicional, estabilidad emocional y una dimensión trascendental de la vida (un proyecto compartido), los amigos aportan, diversidad, entretenimiento, la posibilidad de desarrollar aficiones y de comunicarnos en un ambiente de cordialidad y desenfado. Y, no pocas veces, la oportunidad de evadirnos de los problemas cotidianos. Pero no todos los amigos son igual de importantes; hablemos hoy de esos que muestran interés por lo que nos ocurre, de los que siempre están dispuestos a aportarnos consejo, apoyo, cercanía y afecto; en otras palabras, los buenos amigos, los imprescindibles.

La mayor parte de nosotros tiene amigos, o los ha tenido. Pero, con el paso del tiempo, cambiamos de manera de ser, nos casamos y tenemos hijos y eso nos lleva a centrarnos en otras prioridades. Un posible: compartir amigos con nuestra pareja y con sus amigos.

No se trata de tener muchos amigos, sino los suficientes para satisfacer nuestras necesidades de relación social

Además, conforme pasan los años, algunos tendemos a volvernos más resabiados, reservados, egoístas, maniáticos o individualistas. Así, nos hacemos exigentes y menos abiertos, tolerantes y comprensivos, con lo que nos cuesta horrores hacer nuevos amigos e incluso mantener los que teníamos. Con lo fácil que es perder un amigo, qué difícil resulta recuperarlo, pensamos, como si la culpa no fuera nuestra. Pero sepamos que una persona que muestra capacidad para hacer nuevos amigos evidencia una apertura mental y una sociabilidad superiores a quien se ve incapaz para conseguirlo.

Cada persona, de todos modos, es un mundo: algunas gustan de amistades íntimas y otras prefieren una relación más superficial, pero también hay quien tiene unos pocos amigos íntimos mientras que con los otros comparte la vida social menos personal. La clave no es tener muchos amigos, sino los suficientes para satisfacer nuestra necesidad de relación ajena a la familia, los vecinos o el trabajo. Podemos tener muchos amigos y que, sin embargo, no nos "llenen".

1 comentarios:

Genius dijo...

Hola, perdón por irrumpir en tu espacio, me gusta lo que escribes, soy fan de la lectura y pues andando por ahí encontré tu blog, me gusto mucho esta frase: No se trata de tener muchos amigos, sino los suficientes. Yo siempre he dicho nadie hace falta, pero nunca nadie sobra o está demás,..Dicen que el único secreto amoroso de Dios solo podemos descubrirlo atravez de la amistad....Bendiciones....*"